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  • Lot n° 237 JUAN CHÁEZ (Málaga, h. 1750 – Madrid, h. 1809) "Retrato de Vicente Joaquín Osorio de Moscoso y María Ignacia Álvarez de Toledo, Marqueses de Astorga" , 1795 Dos figuras en madera y escayola policromada. Aplicaciones textiles y decoraciones puntuales en oro. Se presentan con peana y base de madera, en su vitrina original realizada en caoba. Antiguos números de colección: "12" y "13".   Medidas con peana y base: 53 cm. (caballero) y 28 cm. (dama). Medidas de las figuras: 30 cm. (caballero) y 20 cm. (dama). Medidas de la vitrina: 76 x 32 x 48,5 cm. Medidas de la base: 83 x 34,5 x 51 cm.   Procedencia: Colección de Vicente Joaquín Osorio de Moscoso y Guzmán, Marqués de Astorga. Bibliografía: Urrea Fernández, J., “Noticia de Juan Cháez, escultor taurino”, en Imagen visual de la tauromaquia, Real Academia Sevillana de Buenas Letras, Sevilla, 2025, p. 85.   Bibliografía de referencia: Urrea Fernández, J., “Una propuesta para el escultor Juan Cháez” en Ars Magazine, 3, n.º 6, abril-junio, pp. 94-103.   Esta excepcional escultura, única en su género, representa a uno de los aristócratas más poderosos e influyentes durante los reinados de Carlos III y Carlos IV: Vicente Joaquín Osorio de Moscoso y Guzmán (Madrid, 1756-1816). Su gran fortuna era equiparable a sus cargos, honores y distinciones: caballero del Toisón de Oro, Gran Cruz de la Orden de Carlos III, miembro del Consejo de Castilla, Gentilhombre de Cámara del Rey, Caballerizo Nacional de San Carlos, Alférez Mayor de Castilla y de la Villa de Madrid, director del Banco de San Carlos, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, doctor de la Universidad de Granada, etc. Aunque usaba con mayor frecuencia el título de Marqués de Astorga, reunía en su persona hasta doce Grandezas de España que incluían, entre otros títulos, el de Conde de Altamira, los ducados de Sessa, Baena, Atrisco Maqueda, Sanlúcar la Mayor y Medina de las Torres, los marquesados de Leganés, Velada, Poza, Almazán, Ayamonte y Morata. Está representado montando un caballo en posición de “levade”, con las patas delanteras levantadas y en cuya nalga se aprecia la marca del Marquesado de Astorga con las letras “AS” en un escudo rematado por corona. Sobre el uniforme azul con bordados en blanco, a juego con la decoración de la silla de montar, luce algunas de sus principales distinciones, como el collar de la Orden del Toisón de Oro.   Junto a él encontramos a su segunda esposa: María Ignacia Álvarez de Toledo y Gonzaga Caracciolo, X Marquesa de Villafranca del Bierzo (Madrid, 1757-1795), hija de los Marqueses de Villafranca del Bierzo y Duques de Fernandina y de Medina Sidonia. La retratada lleva un vestido de seda azul celeste con una decoración de filigrana de flores bordada en el bajo. Porta un pañuelo blanco o chal bordado, muy de moda en la España de finales del siglo XVIII y usado para cubrir el escote. Luce la banda y la insignia de la Orden de María Luisa que recibió el 28 de junio de 1795. Su muerte, el 8 de septiembre de 1795, permite fechar la ejecución de esta pieza ese año, coincidiendo también con la misma cronología el tipo de peinado que lleva, propio de la década de 1790. La delicada ejecución de las figuras corrió a cargo del escultor Juan Cháez (Málaga, h. 1750 – Madrid, h. 1809). Fue el especialista Jesús Urrea quien, en nuestra opinión, con mucho acierto, relacionó a este autor con el conjunto de 27 toros y toreros conservado en el Museo Nacional de Escultura y la obra que aquí presentamos. Ésta última la asignó a su producción gracias al conocimiento de unas antiguas fotografías conservadas en el Archivo Fotográfico del Instituto del Patrimonio Cultural de España (Archivo Moreno nº 06198_B).   Formado inicialmente en Málaga, ciudad en la que comenzaron a popularizarse las pequeñas figuras modeladas en barro, Juan Cháez ejecutó un tipo de trabajos que destacan por la perfección del modelado y una extraordinaria habilidad en la ejecución de las calidades texturales y el domino de los materiales. La precisión y el detallismo de sus obras le valió el encargo, por el Real Colegio de Cirugía de San Carlos de Madrid, de varias figuras en cera que representaban diversos estados de la preñez.   Cháez fue amigo del pintor Francisco de Goya y, como señaló Jesús Urrea, “fue partícipe del universo goyesco en su temática, en su concepto estético, en su trato y hasta en su clientela”. Esta escultura de los Marqueses de Astorga es prueba de ello, pues parece una especie de pintura de Goya en tres dimensiones. El encargo de esas figuras al escultor, sin duda, pudo venir de la mano del mismo pintor aragonés quién realizó los propios retratos en lienzo de Vicente Joaquín Osorio de Moscoso, fechado en 1787 y hoy conservado en la colección del Banco de España, y María Ignacia Álvarez de Toledo, del Metropolitan Museum of Art de Nueva York. El mecenazgo de esta poderosa familia impulsó enormemente la carrera de Goya pues, poco tiempo después de terminar esta obra fue nombrado pintor de corte de Carlos IV. Cháez, por su parte, también trabajó para otras grandes familias de la aristocracia española, quizá también recomendado por el pintor aragonés, como la de Osuna-Benavente.  

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